Necesito un mecánico
que me arregle este objeto,
que archive mis palabras,
como el oficinista documentos,
para guardar mi voz,
y mi verso.
Y que un día los descubra
el escudriñador,
el deshacendado,
el bohemio.
Y al pulsar una tecla,
mis palabras grabadas,
al oyente lejano
le lleven lo que siento.
Y el recuerdo del artesano
que arregló el objeto
para guardar mis versos.
Los versos de un poeta pobre.
Los versos de un poeta
sin rima y sin premios.