Pasan, pasan las tardes
indolentes y torpes.
Su cansancio continuo
nos abruma y nos mece
en antiguos recuerdos.
Y nuestro cuerpo pobre,
va perdiendo la lucha
que el tiempo le plantea
al tic-tac monocorde.
Pasan, pasan las tardes,
vaporoso el recuerdo
tupido manto corre
a los hechos pasados
y en su lento camino
por su vago horizonte
difusas sombras dejan
vaporosas y torpes.